Una de las principales decisiones a tomar en cualquier negocio con la ayuda de consultoría estratégica es que inversiones realizar. Sin duda, este es el punto más delicado de cualquier plan financiero. El correcto dimensionamiento de la inversión realizada, puede hacer triunfar un proyecto o por el contrario abocarlo al más absoluto fracaso.
No obstante, con demasiada frecuencia no se presta la suficiente atención a este punto, y se acometen proyectos digamos…. «alegremente», que a larga acaban pasando factura: tensiones de tesorería en el mejor de los casos, y en el peor, la suspensión de pagos o la quiebra.
He visto fracasar proyectos por no invertir tiempo en la fase embrionaria en analizar la inversión prevista, y si esta es suficiente, excesiva o simplemente absolutamente desproporcionada para el beneficio previsto.
Las inversiones que se realicen en nuestra empresa o negocio deben tener como objetivo crecer, ya sea en el corto, medio o largo plazo, dependiendo del tipo de inversión, pero no a cualquier coste.
Sea como sea, la política de inversiones deberá estar alineada con la estrategia de la empresa y deberá quedar plasmada en un Plan de negocio de donde se desprendan además un plan financiero y un plan de Inversiones que respalde el proyecto empresarial y las expectativas de crecimiento.
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Toggle¿Cómo nace un proyecto de inversión?
Hay básicamente tres tipos de inversiones que puedes necesitar acometer en tu negocio:
- Inversiones Operativas o de Mantenimiento –> Plan Inversiones anual.
- Inversiones estratégicas o de crecimiento. –> Plan estratégico.
- Inversiones Puntuales o por proyectos.
Inversiones operativas o de mantenimiento .
Son aquellas inversiones que debes incluir en la esfera de análisis del corto plazo, y que se recogen en el Plan de Inversiones anuales y en el Presupuesto operativo anual.
Se trata de inversiones en maquinaria industrial, en mantenimiento o reformas de instalaciones fijas de la empresa, así como adquisición de nuevo inmovilizado con carácter de substitución o mejora.
Es decir, todos aquellos activos que son de continuidad, pero que no implican un cambio en el Plan estratégico de la empresa.
Estas inversiones operativas, son necesarias para cubrir la depreciación y deterioro de tus activos y por tanto, implican una continuidad en tu negocio actual. En otras palabras, estas inversiones, no generarán a priori un flujo de caja significativamente mayor al actual, al tratarse de una renovación y continuación de la actividad habitual.
Inversiones estratégicas o de crecimiento
Son aquellas inversiones que están recogidas en el Plan estratégico de la empresa, y que implican un crecimiento exponencial de tu cifra de ventas o de tu rentabilidad esperada a futuro. En este grupo se incluye la inversión necesaria para abrir una nueva línea de producto, una nueva delegación o planta.
Inversiones puntuales o por proyectos
Son aquellas inversiones que implican asignar una serie de recursos considerable durante un plazo de tiempo medible y controlable y por las que se espera un retorno u otro en función del objeto del proyecto.
De lo anterior se desprende que el Plan estratégico se centrará en las inversiones de crecimiento e incluirá solo aquellas operativas que por su relevancia puedan ser anticipadas en un horizonte temporal a largo plazo.
Las Inversiones puntuales o por proyectos pueden estar incluidas en el plan estratégico si se prevee continuidad o periodicidad en el tiempo.
Son algunos ejemplos de inversiones por proyectos p.e la implantación de un nuevo ERP, la modificación o lanzamiento de un nuevo producto o colección, una campaña de marqueting con objeto de reactivar las ventas de un nicho del mercado.
Aunque cualquier inversión relevante requeriría de un análisis de inversión previo, es evidente que las inversiones a corto plazo u operativas necesarias para la continuidad de la empresa, se someterán a un estudio meramente financiero centrado en la gestión de tesorería y la financiación del nuevo activo. Evidentemente, para este tipo de inversiones y en la medida de lo posible, resulta de máxima utilidad la anticipación a la generación del gasto con una adecuada previsión.
Son las inversiones estratégicas y por proyectos que requerirán un profundo análisis del proyecto de inversión.
¿Cómo analizar un proyecto de inversión?
Antes de acometer un proyecto de inversión de envergadura, es imprescindible realizar un Análisis Previo de la Inversión.
En este análisis previo, también llamado de recopilación de datos o inputs deberemos de considerar los factores internos y externos que pueden influir en el análisis:
I. Factores externos: posicionamiento en el mercado, competencia, inflación, situación económica, política y fiscal.
II. Factores internos: recursos necesarios humanos y técnicos, gastos corrientes fijos y variables, gastos no corrientes, demanda prevista, política de precios, financiación, tasa de rentabilidad esperada…
Puedes ver como se realiza el estudio del plan de negocio o análisis previo de la Inversión en el post del El Plan Estratégico .
EL objetivo final de este análisis previo es :
• Definir el objetivo y el alcance de la inversión.
• Definir el horizonte temporal de la inversión. Vinculado al objeto de la inversión. Sí p.e. estamos analizando la apertura de una nueva planta lo normal sería plantearse una inversión a largo plazo, 5 o 10 años, un nuevo producto se vincularía al ciclo de maduración del producto, una campaña de marqueting a la duración de la campaña, una mejora en la cadena de producción con una nueva máquina se vincularía con la vida útil de la máquina, etc.
• Cuantificar los ingresos esperados y proyectarlos en el horizonte temporal. Es decir deberemos determinar si serán lineales, crecientes, estacionales y determinar con ello los flujos de ingresos esperados.
• Cuantificar los recursos necesarios o inversión inicial propiamente dicha, así como los posibles recursos necesarios proyectados en el horizonte temporal.
• Cuantificar los costes y proyectar los en el horizonte de análisis: los vinculados a los ingresos o variables, y los fijos o vinculados a la inversión en sí.
Para ello debes asumir ciertas hipòtesis que influirán en los beneficios generados y por ende en los flujos de caja:
• Tasa de inflación.
• Amortización de los activos.
• Tasa de descuento o interés mínimo requerido del proyecto.
• %Variación o crecimiento de los flujos esperados.
¿ Que herramientas existen para valorar inversiones?
Una ver definidos los flujos de caja te toca validar si la inversión es rentable o no.
A priori, una inversión puede parecer rentable si los flujos esperados o cash flow nos aportan una rentabilidad positiva sobre la inversión realizada. No obstante no considerar el factor tiempo puede provocar aceptar un proyecto que realmente es fallido.
En efecto, no es lo mismo recuperar la inversión inicial en un año que en cinco, ni tampoco es lo mismo recuperar la con flujos de caja constantes, crecientes o decrecientes.
No obstante , podemos definir dos tipos de métodos para analizar la rentabilidad de un proyecto :
• Análisis estático –> ROI ,pay-back
• Análisis dinámico –> VAN , TIR
En el primer grupo no se tiene en cuenta la variable tiempo , es decir no valoraremos el momento en que hemos generado los flujos de caja, el segundo grupo es el que hacemos un análisis dinámico del cash flow teniendo en cuenta el horizonte temporal, la inflación y la tasa de descuento.
Próximamente, publicaré un ejemplo de aplicación de cada uno en un nuevo post sobre El Van y el TIR (te recomiendo que te subscribas para no perdértelo).
El ROI
Sus siglas significan Return On Investment, es éste un indicador estático que muestra el retorno o ingresos generados a partir de la inversión realizada.
El ROI es un indicador popular en el análisis de proyectos definidos de I+D, análisis de rentabilidad sobre algún activo o medio productivo, análisis de campañas de marqueting, donde se busca un indicador rápido e intuitivo input -output.
Para que una inversión sea rentable deberá tener un ROI mayor que 0, es decir el margen o Beneficio obtenido neto después de satisfacer la inversión debe ser mayor que la inversión realizada.
Este indicador se suele utilizar en comparativas de varios proyectos similares, p.e. análisis de varias campañas de publicidad, o comparativas entre varios medios productivos.
Como siempre implicará que los flujos de ingresos y gastos sean totalmente identificables y asignables a la inversión.
Es inevitable caer en cierta subjetividad sobre todo en el análisis del retorno de la inversión, al valorar ciertas inversiones, por ejemplo, la rentabilidad de campañas de publicidad.
¿Por qué? , porque se deberian separar las ventas generadas “gracias” a la campaña de las ventas ordinarias, e imputar solo el incremento de las ventas a la campaña de publicidad. La subjetividad viene de identificar de forma exacta si todo el incremento de ventas se debe a esta campaña o coexisten diversos factores.
¿Que ingresos y costes considerar?
Debes de considerar el beneficio neto es decir todos los ingresos y gastos directos imputables al proyecto en sí, p.e. ventas y costes de producto, y dentro de la inversión los costes principales y los auxiliares necesarios para lleva a cabo el proyecto (p.e. en el caso de la campaña de publicidad : la inversión seria el anuncio en medios p.e. el montaje , las horas de técnico , los folletos o material auxiliar para la campaña).
Este método es rápido y efectivo en el análisis a corto pero poco fiable en el medio y largo plazo ya que no descuenta el efecto de la inflación en los flujos de caja generados.
El pay-back
También llamado Plazo de recuperación, este indicador mide el tiempo que se necesita para recuperar la inversión realizada.
El pay-back tiene sentido en un proyecto en el que se suponen flujos crecientes, y ofrece la gran ventaja de que es rápido y fácil de calcular.
En este sentido cualquier proyecto que recupera la inversión en el corto plazo, en un entorno de flujo netos crecientes, indica que tiene un retorno de la inversión alto.
El inconveniente de este método es que no tiene en cuenta los flujos posteriores a la recuperación por pay-back por lo que si los flujos futuros fueran decrecientes podríamos haber dado por buena una inversión que realmente es fallida.
Para flujos constantes durante todo el proyecto , se obtiene el número de año dividiendo la inversión inicial entre el flujos anual generado:
Para flujos variables se suman los flujos de caja de los periodos enteros hasta que la suma de los flujos sea menor o igual que la Inversión inicial.
Con ello se obtienen los t años enteros en que recuperarás la inversión, para la fracción se calcula la parte proporcional .
EL VAN
Este análisis al igual que el del TIR tiene en cuenta flujos de caja actualizados al momento presente , por tanto descuenta el posible efecto que sobre la inversión tendría la inversión y una tasa de riesgo o descuento alta.
¿Como definir la tasa de descuento?
Eh ahí, la cuestión, ¿verdad ?. Cada empresa, deberá definir su tasa de descuento, pero en general , se toma como base el coste de financiación o coste interno del capital . Si en tu caso vas a necesitar financiar tu proyecto, tomarás como tasa de descuento (sería lo mínimo aceptable) el coste de los recursos financieros que necesitas para ejecutar dicha inversión.
La fórmula del VAN es:
Donde I0 es la inversión inicial, Kn es la tasa de descuento, y FNi son los flujos esperados en los t periodos que dura la inversión.
Un VAN >0 implicaría que el proyecto es rentable, y cuanto más alto más rentable será.
En la ecuación se actualizan los FN o flujos netos de caja (ingresos- gastos del periodo), a la tasa de descuento Kn, hasta el momento actual.
Con ello está comparando tanto los inputs como los outputs, en el mismo momento del tiempo.
Dicho de otro modo, que cantidad de dinero necesitas hoy si quieres obtener el montante FN en el momento t a una tasa de interés Kn. Si la cantidad de dinero que necesitas tener hoy actualizando todos los flujos futuros al momento 0 es superior al dinero que tengo entonces la inversión es rentable porque necesito menos dinero del que dispongo para obtener estos flujos futuros.
La TIR
También llamada tasa interna de rentabilidad, es la tasa o descuento que iguala el valor actual de los flujos de caja esperados con la inversión inicial . En otras palabras, es la tasa que hace que nuestro VAN sea 0.
Nos marca por tanto “·el umbral de rentabilidad de la inversión” . Si obtienes una TIR positiva pero menor a tu tasa de descuento o prima de riesgo, te debes plantear si aceptar o no este proyecto ya que la rentabilidad que obtendras sería inferior a la aceptable.
En cualquier caso un proyecto con una TIR baja, e inferior a la obtenida con otras inversiones alternativas cabe replantear si esta inversión ser realizará atendiendo a otros factores externos o internos, como el riesgo asociado a la operación, la importancia estratégica de este proyecto, su impacto en otras inversiones posteriores etc.